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DESARROLLO ECONOMICO: LA ESTRATEGIA DE "LAS TRES VIAS"

Publicado: 2016-06-14


Terminó el proceso electoral y la noche quedó atrás. Se puede seguir soñando con un mañana mejor. ¿Y ahora qué sigue? Hay razones para suponer que el manejo macroeconómico será el adecuado y logremos mantenernos en la senda del crecimiento con estabilidad. Sin embargo hay dos aspectos primordiales que deben alcanzarse si deseamos ingresar al primer mundo.

a) Resolver el problema de la inseguridad ciudadana, pues no existe desarrollo económico con habitantes encerrados en sus domicilios y temor en las calles. Desarrollo y seguridad son inseparables.

b) Una revolución educativa que permita a las futuras generaciones construir la nueva Sociedad de la Información y Conocimiento. Esta nueva sociedad requiere valores distintos a los de la actual Sociedad Industrial predominante en el mundo, que va camino a la obsolescencia. Se debe valorar más el talento que la acumulación de conocimientos, la iniciativa antes que la obediencia, el amor por lo nuevo antes que el amor por lo seguro, etc.

Tenemos que encontrar el camino al desarrollo en base a nuestra realidad. No podemos repetir el camino de los países europeos que en los siglos XVI-XVIII construyeron el capitalismo de "abajo hacia arriba", ni del capitalismo tardío como el japonés que en el siglo XIX construyó el capitalismo de "arriba hacia abajo", ni aún el modelo chino que a fines del Siglo XX empezó la construcción del capitalismo desde un Estado dictatorial y con el respaldo de un partido único y monolítico.

Como señala Toffler, el mundo ha atravesado Tres Olas en la generación de riqueza. La primera sustentada en los sectores primarios especialmente la agricultura. La segunda basada en la industria y la tercera, cuyos umbrales estamos atravesando, basada en la Información y el Conocimiento.

La historia económica del Perú muestra que lograda la independencia nos insertamos en la Primera Ola y aún permanecemos en ella. Hubo un tibio intento de industrialización en la segunda mitad del siglo pasado que no llegó a materializarse. Se volvió entonces a revalorizar con más fuerza la minería como generadora de divisas y locomotora del crecimiento, situación que recientemente se ha puesto en discusión, dada la caída de los precios internacionales.

¿Es la industrialización el camino correcto? En mi opinión esa estrategia era la correcta a mediados de la mitad del siglo pasado, pero a estas alturas resulta insuficiente de cara a los cambios generados en la economía mundial.

Es por ello necesario hallar el consenso político para adoptar la estrategia de “las tres vías” Quedarnos en la Primera Ola es condenar a las futuras generaciones a una situación peor de la que estamos; limitarnos a la Segunda Ola es resignarnos a continuar como país subdesarrollado, pues este proceso toma tiempo y cuando lo alcancemos el mundo desarrollado ya no será el “industrializado” sino el que esté inmerso plenamente en las actividades de la Tercera Ola. Por ello es necesario avanzar por las tres vías, y no limitarnos a una sola. Esto implicará:

- Desarrollar el sector primario (minería y agricultura). El dilema no es ser minero o antiminero. El próximo gobierno debe impulsar una minería responsable, que tenga en cuenta las comunidades existentes en su zona de explotación, que cumpla los estándares ambientales y que esté muy comprometida con su plan de cierre. Los recursos mineros no son renovables y están expuestos a la sustitución tecnológica. Por ello debemos aprovecharlos ahora, pues en el futuro pueden convertirse en recursos obsoletos. Pero es un error concebirlos como el principal motor del crecimiento. Hacerlo es desconocer que los precios de las materias primas están expuestos a ciclos, dando lugar a lo que se conoce como la “maldición de las materias primas”.

- Diversificar el aparato productivo impulsando especialmente la industria (Segunda Ola). Pero el énfasis debe estar en las actividades generadoras de divisas, pues ya nuestro país ha fracasado en el camino de la “sustitución de importaciones”.

Una mención especial merece el turismo, actividad en la cual nuestro país tiene “ventajas incomparables”, pues Machu Pichu, Kuelap, Caral, el Amazonas, la zona Nor Yauyos, Alto Mayo, Chan Chan, Qapac Ñam, las líneas de Nazca, etc, no tienen paralelo en el mundo. Nuestro país tiene atractivos turísticos en cantidad y calidad que además de ser renovables pueden ser puntos de apoyo estratégico para el desarrollo regional. El reto es ponerlos en valor con el apoyo de las comunidades, y dotarlas de la infraestructura necesaria.

- Sin embargo son las actividades de la Tercera Ola las que deben tener un lugar preferente en el programa y la voluntad política del próximo gobierno. Es posible que éstas no brinden réditos políticos inmediatos como la inauguración de obras de cualquier índole, pero sus resultados se verán en el largo plazo y en última instancia es lo que nos garantiza el cierre de la brecha con los países desarrollados.

En la Tercera Ola el factor productivo más importante es el conocimiento. En consecuencia la generación de la riqueza no dependerá de la calidad de las minas, fábricas, etc. sino de la cualificación y actitud de su “gente”. Y en este escenario, es cuando se aprecia el papel fundamental que tiene la “educación”. Y no se trata sólo de elevar el gasto de educación al 5 ó 6% del PBI, o hacer crecer el número de egresados del sistema universitario. Debemos hacernos la pregunta básica: ¿estamos en el camino correcto?. Si estamos en el camino equivocado, gastar más nos hará avanzar más … en el error. Así de simple. Es necesaria una Revolución Educativa que prepare las condiciones para el surgimiento y desarrollo de nuevos peruanos que tendrán la responsabilidad de hacer la REVOLUCION (no la revolución) en nuestro país y escribir el nombre de Perú en el grupo de países del primer mundo.


Escrito por

Luis Raúl Palomino Buleje

Economista de profesión y viajero por vocación. Partidario del realismo optimista, convencido que aún estamos en la prehistoria.


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