En un artículo anterior basado en las ideas de Toffler señalamos que vivimos tiempos de REVOLUCION  ( ver artículo anterior). Pero también son tiempos de CHOQUE DE OLAS Y  DECADENCIA. En esta situación las instituciones se vuelven disfuncionales, pues fueron hechas para una sociedad que va desapareciendo de a pocos.

El caso más dramático es el del sistema educativo diseñado en forma de “fábrica” para preparar los obreros y empleados que requería la Sociedad Industrial. El modelo ideado en el Siglo XIX fue funcional para la época, pero ahora en pleno Siglo XXI ya resulta obsoleto. Las escuelas están organizadas en base a aulas separadas, siendo agrupados los alumnos por edades como si lo más importante fuera su fecha de nacimiento (el equivalente a la fecha de fabricación en los productos). Se opta por la estandarización de clases y exámenes que luego continúa con la estandarización de los curriculums, y la posterior estandarización de las funciones. La escuela tradicional está diseñada básicamente para enseñar a obedecer órdenes, antes que desarrollar los talentos. Es necesario cambiar las prioridades: si antes se sacrificó al alumno en aras del sistema, ahora es necesaria una nueva educación que ponga el aprendizaje del alumno como fin último de la educación.

Mientras se mantenga este tipo de educación, se seguirá corriendo el riesgo de formar profesionales para empleos que no tienen futuro, dando lugar al subempleo profesional. Esto es un fenómeno mundial, pero en nuestro país es más dramático. En el Perú de acuerdo a datos del MTPE, 2014, alrededor del 50% de los empleados con educación superior ejercen una ocupación que no corresponde del todo con lo estudiado.

Asimismo, de acuerdo a datos de INEI-ENAHO 2014 alrededor del 40% de los universitarios recién egresados tienen un ingreso menor al promedio de sus pares con estudios no universitarios, lo cual es un contrasentido pues los primeros gastaron recursos familiares y 5 o más años de vida en estudios para culminar su educación superior.

En respuesta al aparente caos producido por este choque de olas, las personas ensayan nuevas formas de generar ingresos además del empleo, nuevas formas de vida, nuevas creencias, nuevos valores, nuevas formas de convivencia, y también nuevas formas de organización política. Las revoluciones surgen y explotan desde las redes sociales y los celulares. Pero los cambios también se dan en el arte, la música, etc, . En suma atraviesan la economía, la política, la sociedad y lo que ella piensa de si misma. En pocas palabras, está cambiando aceleradamente el ser y la conciencia social.

¿QUE DEBEMOS HACER?

Vivimos tiempos de Revolución y los partidos cualesquiera que fuere su filiación económica y política no pueden ignorarla, porque su impacto irá en aumento a medida que pasen los años.

Para finalizar señalo que la responsabilidad de afrontar este reto no es sólo de la clase política, sino de todos los peruanos que de una u otra forma tenemos que involucrarnos en el proceso, empezando por elegir a las políticos adecuados que dirigirán los destinos de nuestro país, precisamente en estos tiempos de “choque de olas”.

Vivimos una de las etapas más interesantes de la historia mundial. Cuando pasen los años, tarde o temprano surgirá en nuestra conciencia la pregunta: ¿De qué manera contribuiste al cambio en tu país? ¿Fuiste visionario y elegiste a candidatos que miran el futuro o a políticos que hacen sus propuestas mirando el pasado”. La respuesta es personal, pero para adoptar una buena decisión es necesario estar bien informados.